Si nuestro amor resiste
el asedio del cazo,
la agresión de la mopa,
el roce de eso ya lo habías dicho,
la erosión de me duele la espalda,
el acoso del tubo de dentífrico,
el envite de la tapa del váter,
el asalto de la factura del gas,
el desafío de la ropa tendida…,
si nuestro amor resiste todo eso,
si nuestro amor aguanta y sobrevive y
-aunque maltrecho- aún puede respirar,
entonces lo miraremos
sorprendidos,
extrañados,
y le diremos
“explícanos:
¿cómo has logrado tú solo
-con tus pequeños músculos desprovistos de acero-
imponerte a esa banda de
salteadores de caminos?”.
A conejo te convido
ResponderEliminar-mañana voy a cazar-.
Si le tiro y no le atino
te vengo a desconvidar.
Aburrirse es besar la muerte.
ResponderEliminar(GÓMEZ DE LA SERNA)
ResponderEliminarEl pobre virus
lo único que pretende
es replicarse.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarAy, madre, que me lo han roto.
Hija, ya me dirás qué.
El cantarillo en la fuente,
madre, ¿qué se creía usted?.
ResponderEliminarCada lugar merecería tener un nombre para cuando está con luz, y otro para cuando está en penumbra.
(ANDRÉS NEUMAN)