Me he perdido muchas veces por el mar
con el oído lleno de flores recién cortadas,
con la lengua llena de amor y de agonía.
Muchas veces me he perdido por el mar
como me pierdo en el corazón de algunos niños.
No hay noche que, al dar un beso,
no sienta la sonrisa de las gentes sin rostro
ni hay nadie que, al tocar un recién nacido,
olvide las inmóviles calaveras de caballo.
Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra.
Como me pierdo en el corazón de algunos niños
me he perdido muchas veces por el mar.
Ignorante del agua voy buscando
una muerte de luz que me consuma.
¿Puedo hablar de la muerte mientras vivo?
ResponderEliminar¿Se puede aullar de hambre imaginada?
(SARAMAGO)
El mejor descanso es trabajar sin prisa.
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ResponderEliminarEl ave que está sola, ni bien canta ni bien llora.
ResponderEliminarNo hay mal tiempo, sólo mala ropa.
(proverbio sueco)
ResponderEliminarNi el azahar,
ni el clavel, ni la rosa,
tienen olfato.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarQué pena dan aquéllos a quienes les gusta dar pena.
(MOLINA)
ResponderEliminarBreve rocío,
tan breve pero sacia
la sed del pájaro.
(SUSANA BENET)
ResponderEliminarVendrán días
en que el peso que hoy te abruma
se hará liviano.
Vendrán días
en que ese peso ya no será carga,
sino bagaje.
Vendrán días, han de venir.