domingo, 5 de septiembre de 2010

Ayer me porté mal (por Wislawa Szymborska)

Ayer me porté mal en el cosmos.
Viví todo el día sin preguntar por nada,
sin sorprenderme de nada.

Realicé acciones cotidianas,
como si fuera lo único que tenía que hacer.

Aspirar, espirar, un paso tras otro, obligaciones,
pero sin pensamientos que fueran más allá
de salir de casa y volver a casa.

El mundo podría ser tenido por un mundo loco
y yo lo tuve para mi propio y trivial uso.

Ningún cómo, ningún por qué,
o de dónde ha salido éste,
o para qué quiere tantos impacientes detalles.

Fui como un clavo superficialmente clavado a la pared,
o
(aquí una comparación que no se me ha ocurrido).

Uno tras otro se fueron sucediendo cambios
incluso en el limitado campo de un abrir y cerrar de ojos.

En la mesa más joven, con una mano un día más joven
había pan de ayer cortado de forma distinta.

Las nubes como nunca y la lluvia como nunca,
porque era con otras gotas que llovía.

La Tierra giraba sobre su eje
pero en un espacio abandonado para siempre.

Duró sus buenas 24 horas.
1.440 minutos de ocasiones.
86.400 segundos que mirar.

El cósmico savoir-vivre
aunque calla sobre nuestro asunto,
exige, sin embargo, algo de nosotros:
una cierta atención, un par de frases de Pascal
y una sorprendente participación en este juego
de reglas desconocidas.



7 comentarios:

  1. La salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada.

    ResponderEliminar
  2. Azar es el pseudónimo que usa Dios cuando no quiere firmar lo que escribe.

    ResponderEliminar
  3. El tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, pero el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse.

    (ORTEGA)

    ResponderEliminar

  4. Ya me lo decía mi madre:
    Cabrita que tira al monte
    no hay cabrero que la guarde.

    ResponderEliminar

  5. Suegra, abogado y doctor: cuanto más lejos, mejor.

    ResponderEliminar

  6. Sol amarillo.
    Sol naranja. Sol rojo.
    Y anocheció.

    (CUQUI COVALEDA)

    ResponderEliminar
  7. El ideólogo no desea conocer la verdad, sino proteger su sistema de creencias y abolir, espiritualmente (ya que no puede físicamente), a todos los que no creen lo mismo que él.



    (REVEL)

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.