Mi hijo
mi único hijo
el que no tuve
sería ya un hombre.
Descarnado y sin nombre
se mueve
en el viento.
A veces
viene
y reclina su cabeza
más liviana que el aire
sobre mi hombro
y yo le pregunto,
Hijo,
¿dónde te encuentras,
dónde te ocultas?
Y él me responde
con un hálito frío,
No lo advertías
aunque llamé
y llamé
y sigo llamando
desde un lugar
lejano,
más allá del amor,
donde nada,
todo,
quiere nacer.
Juventud, divino tesoro,
ResponderEliminarya te vas para no volver.
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer.
La alegría es un caracol que repta.
ResponderEliminarLa desgracia es un corcel indómito.
(MAYAKOVSKY)
A menudo no se encuentra la solución porque previamente no se ha definido bien el problema.
ResponderEliminar
ResponderEliminarCon dos años, dos flores
cumples ahora.
Dos alondras llenando
toda tu aurora.
Niño radiante:
va mi sangre contigo
siempre adelante.