miércoles, 12 de enero de 2011

Y sigo llamando (por Mark Strand)

Mi hijo
mi único hijo
el que no tuve
sería ya un hombre.
Descarnado y sin nombre
se mueve
en el viento.
A veces
viene
y reclina su cabeza
más liviana que el aire
sobre mi hombro
y yo le pregunto,
Hijo,
¿dónde te encuentras,
dónde te ocultas?
Y él me responde
con un hálito frío,
No lo advertías
aunque llamé
y llamé
y sigo llamando
desde un lugar
lejano,
más allá del amor,
donde nada,
todo,
quiere nacer.

4 comentarios:

  1. Cide Hamete Benengeli1 de julio de 2012, 20:00

    Juventud, divino tesoro,
    ya te vas para no volver.
    Cuando quiero llorar, no lloro,
    y a veces lloro sin querer.

    ResponderEliminar
  2. Círculo Cultural FARONI29 de julio de 2013, 12:32

    La alegría es un caracol que repta.
    La desgracia es un corcel indómito.

    (MAYAKOVSKY)

    ResponderEliminar
  3. A menudo no se encuentra la solución porque previamente no se ha definido bien el problema.

    ResponderEliminar

  4. Con dos años, dos flores
    cumples ahora.
    Dos alondras llenando
    toda tu aurora.
    Niño radiante:
    va mi sangre contigo
    siempre adelante.

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.