lunes, 7 de febrero de 2011

El libro de ahí fuera (por Mark Strand)

Mirar fijamente sin ver nada es aprender de memoria
aquello a lo que se nos arrastrará a todos; protegerse
del viento es sentir que lo inasible se halla en algún lugar
cercano.
Los árboles pueden mecerse o estar quietos. El día o la
noche pueden ser lo que quieran.
Lo que deseamos, más que una estación o el tiempo, es la
comodidad
de ser desconocidos, al menos para nosotros mismos. Ésta
es la dificultad
del asunto, que es por lo que ahora mismo parece que
estuviéramos esperando
algo cuya aparición sería en realidad su desaparición …
El sonido, pongamos, de unas hojas que caen o sólo el de
una hoja
o menos. No tiene límite lo que podemos aprender. El
libro de ahí afuera
nos dice eso y no se escribió pensando en nosotros.

10 comentarios:

  1. Llanto llevaba en los ojos,
    risa llevaba en los labios.
    Dentro de su pecho estaban
    gozo y pesar batallando.

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  2. Piedra del río,
    fresca como si el agua
    corriera dentro.

    (BENET)

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  3. Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado.

    (GIDE)

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  4. Al remilgoso y al pejiguera, déjalos fuera.

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  5. Valientemente, serrana,
    mudaste de parecer
    de la noche a la mañana.

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  6. El embustero es un almacén de promesas y de excusas.

    (proverbio persa)

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  7. Bebido con buen amigo, sabe a gloria cualquier vino.

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  8. Con bolsillo ajeno todo el mundo es limosnero.

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  9. Te deseo primero que ames,
    y que amando, también seas amado.
    Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
    y que después de olvidar, no guardes rencores.
    Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
    sepas ser sin desesperar.Te deseo también que tengas amigos,
    y que, incluso malos e inconsecuentes
    sean valientes y fieles, y que por lo menos
    haya uno en quien confiar sin dudar

    Y porque la vida es así,
    te deseo también que tengas enemigos.
    Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
    para que, algunas veces, te cuestiones
    tus propias certezas. Y que entre ellos,
    haya por lo menos uno que sea justo,
    para que no te sientas demasiado seguro

    Te deseo además que seas útil,
    más no insustituible.
    Y que en los momentos malos,
    cuando no quede más nada,
    esa utilidad sea suficiente
    para mantenerte en pie.

    Igualmente, te deseo que seas tolerante,
    no con los que se equivocan poco,
    porque eso es fácil, sino con los que
    se equivocan mucho e irremediablemente,
    y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
    sirvas de ejemplo a otros.

    Te deseo que siendo joven no
    madures demasiado de prisa,
    y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
    y que siendo viejo no te dediques al desespero.
    Porque cada edad tiene su placer
    y su dolor y es necesario dejar
    que fluyan entre nosotros.

    Te deseo de paso que seas triste.
    No todo el año, sino apenas un día.
    Pero que en ese día descubras
    que la risa diaria es buena, que la risa
    habitual es sosa y la risa constante es malsana.

    Te deseo que descubras,
    con urgencia máxima, por encima
    y a pesar de todo, que existen,
    y que te rodean, seres oprimidos,
    tratados con injusticia y personas infelices.

    Te deseo que acaricies un perro,
    alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
    erguir triunfante su canto matinal,
    porque de esta manera,
    sentirás bien por nada.

    Deseo también que plantes una semilla,
    por más minúscula que sea, y la
    acompañes en su crecimiento,
    para que descubras de cuantas vidas
    está hecho un árbol.

    Te deseo, además, que tengas dinero,
    porque es necesario ser práctico,
    y que por lo menos una vez
    por año pongas algo de ese dinero
    frente a ti y digas: “Esto es mío”.
    sólo para que quede claro
    quién es el dueño de quién.
    Te deseo también que ninguno
    de tus defectos muera, pero que si
    muere alguno, puedas llorar
    sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

    Te deseo por fin que, siendo hombre,
    tengas una buena mujer, y que siendo
    mujer, tengas un buen hombre,
    mañana y al día siguiente, y que cuando
    estén exhaustos y sonrientes,
    hablen sobre amor para recomenzar.

    Si todas estas cosas llegaran a pasar,
    no tengo más nada que desearte.

    (VICTOR HUGO)












    Victor Hugo.

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  10. Este planeta
    se autodestruirá dentro
    de cinco eras.

    (RAFAEL BALDAYA)

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