No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden ser realidad,
si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño.
Si soñamos que la piedra es la piedra,
eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza su propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»
Pero nunca se va, nunca se pasa
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola.
Soñar es el modo que el alma tiene
para que nunca se le escape lo que se escaparía
si dejamos de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.
Elegimos los sueños o nos eligen ellos a nosotros?
ResponderEliminarÁlvaro, un poco de todo.
ResponderEliminarEl deseo muere cuando se logra. El amor, en cambio, es un eterno insatisfecho.
ResponderEliminar(ORTEGA)
ResponderEliminarHay ocasiones en que la audacia es prudencia, y la inacción es temeridad.
ResponderEliminarEn mitad del campo seco
me puse a llorar mis penas,
y fue tan grande mi llanto
que florecieron las hierbas.
ResponderEliminarJota me decís que cante,
y la jota no la sé,
pero por dar gusto a todos
yo la jota cantaré.
La filosofía de Locke es falsa: dice que debemos nuestro conocimiento a los sentidos. No: yo creo que además de los sentidos uno siente que hay otro, que hay otra cosa. Y uno siente sobre todo, hostilidad, indiferencia, amor, amistad, adversidad... Esas cosas se sienten más allá de los sentidos.
ResponderEliminar(BORGES)