Muy bueno, este sabia mucho sobre la muerte, era un gran hombre. Leí un libro de él sobre Angola que me encantó. Creo que fue corresponsal de guerra . Saludos
Tiene razón lo que dice este poema...pero también creo que cuando un corazón revive por el amor...se empieza a sentir el corazón. Cuando los ojos vuelven a ver las cosas sencillas, empiezas a sentir los ojos y cuando la memoria reconstruye tu presente inmediato para bien, empiezas a sentir la memoria.
Ayer, enterrábamos a mi madre. Horas antes, había abrazado aquel manojo de frágiles huesos por última vez. Nada hacía pensar en un desenlace inminente. Y luego, la llamada, nocturna y alevosa. El coche lanzado por la autopista barrida por la lluvia. Dos quince de la madrugada. Urgencias... -No pase, por favor, estamos haciéndole un electro. -Luego... ¡hay vida! -Lamentablemente es para certificar la defunción. -... Sobre la camilla, en la funda blanca, me pareció minúscula. Descorrí la cremallera y la vi... Y hoy -más que nunca- sé que vivo. Aunque no alcance a saber qué significa cosa semejante. Sorrow.
F, no sé si es real o ficticio, o sea, semirreal. Tampoco sé si es una vivencia de ayer, o de un ayer más ayer que el ayer. Pero no importa. Todos hemos sufrido pérdidas, amputaciones, mutilaciones de seres-miembros (un padre brazo, una madre pierna, un amigo mano, un hermano ojo...), que sólo después de muertos -después de idos, después de perdidos- hemos sabido cuánto nos importaban y aportaban: la falta que nos hacían. Y lo hemos conocido por su hueco -su vacío, su ausencia, su carencia-. Las cosas (vivas o inertes) no se miden por su tamaño, sino por el tamaño del hueco que queda tras marcharse.
Muy bueno, este sabia mucho sobre la muerte, era un gran hombre. Leí un libro de él sobre Angola que me encantó. Creo que fue corresponsal de guerra . Saludos
ResponderEliminarSólo conocemos bien, sólo somos conscientes al 100% de las cosas cuando nos faltan. Sólo conocemos las cosas por el hueco que nos dejan al perderlas.
ResponderEliminarTiene razón lo que dice este poema...pero también creo que cuando un corazón revive por el amor...se empieza a sentir el corazón.
ResponderEliminarCuando los ojos vuelven a ver las cosas sencillas, empiezas a sentir los ojos y cuando la memoria reconstruye tu presente inmediato para bien, empiezas a sentir la memoria.
Hasta que no te perdí
ResponderEliminarno supe que te tenía.
Si te volviera a tener
nunca más te perdería.
Ayer, enterrábamos a mi madre.
ResponderEliminarHoras antes, había abrazado aquel manojo de frágiles huesos por última vez. Nada hacía pensar en un desenlace inminente.
Y luego, la llamada, nocturna y alevosa. El coche lanzado por la autopista barrida por la lluvia. Dos quince de la madrugada. Urgencias...
-No pase, por favor, estamos haciéndole un electro.
-Luego... ¡hay vida!
-Lamentablemente es para certificar la defunción.
-...
Sobre la camilla, en la funda blanca, me pareció minúscula. Descorrí la cremallera y la vi...
Y hoy -más que nunca- sé que vivo. Aunque no alcance a saber qué significa cosa semejante.
Sorrow.
F, no sé si es real o ficticio, o sea, semirreal. Tampoco sé si es una vivencia de ayer, o de un ayer más ayer que el ayer. Pero no importa. Todos hemos sufrido pérdidas, amputaciones, mutilaciones de seres-miembros (un padre brazo, una madre pierna, un amigo mano, un hermano ojo...), que sólo después de muertos -después de idos, después de perdidos- hemos sabido cuánto nos importaban y aportaban: la falta que nos hacían. Y lo hemos conocido por su hueco -su vacío, su ausencia, su carencia-. Las cosas (vivas o inertes) no se miden por su tamaño, sino por el tamaño del hueco que queda tras marcharse.
ResponderEliminarReal como la vida misma, LuisMi: 14 de Febrero del año 12 de esta desdichada Era.
ResponderEliminarPara algunos ingenuos, día de los enamorados. Sí.
En ese caso, F, lo siento de verdad. Un abrazo cibernético pero sincero e intenso, todo lo intenso que la pantalla y el teclado permitan.
ResponderEliminarGracias, querido LuisMi.
ResponderEliminarLa sal, la chispa y la gracia
ResponderEliminarni se compran ni se heredan.
Se las da Dios a quien quiere
y a mí me dejó sin ellas.
ResponderEliminarNo veo probable que el ser humano llegue a conocer el universo, siendo que para la mayoría de la gente es tan difícil no perderse en Chinatown.
(WOODY ALLEN)
Ni mesa sin pan ni ejército sin capitán.
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ResponderEliminarAlguaciles, alguaciles,
no se lleven al ladrón.
Mejor llévense a la ingrata
que me ha roto el corazón.
ResponderEliminarDe aquel que opina que el dinero puede hacerlo todo, cabe sospechar con fundamento que será capaz de hacer cualquier cosa por dinero.
(FRANKLIN)
ResponderEliminarMe fié de la verdad
y la verdad me engañó.
Cuando la verdad me engaña,
¿de quien voy a fiarme yo?