viernes, 26 de octubre de 2012

Y aún no puedo abarcarte (por Juan Gelman)


Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,

y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz.

6 comentarios:

  1. Recoge lo provechoso, y rechaza lo dañoso.

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  2. Viene el insomnio
    cuando él quiere. Otro que
    me toma el pelo.

    (CUQUI COVALEDA)

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  3. Del santo me espanto, del pillo no tanto.

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  4. Tus ojos no son ojos,
    sino saetas:
    cada vez que me miras
    me dejas muerta.
    Mírame mucho,
    que si así me muriera
    sería de gusto.

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  5. Tantas mentiras
    a las que aún nadie ha
    des-disfrazado.

    (RAFAEL BALDAYA)

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  6. Cierro los ojos y
    arden los límites.


    (GAMONEDA)

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