Un zumito de poesía, recién exprimida, para desayunar cada mañana. (Rico en vitaminas y antioxidantes. Muy muy nutritivo.)
viernes, 26 de octubre de 2012
Y aún no puedo abarcarte (por Juan Gelman)
Yo te entregué mi sangre, mis sonidos,
mis manos, mi cabeza,
y lo que es más, mi soledad, la gran señora,
como un día de mayo dulcísimo de otoño,
y lo que es más aún, todo mi olvido
para que lo deshagas y dures en la noche, en la
tormenta, en la desgracia,
y más aún, te di mi muerte,
veré subir tu rostro entre el oleaje de las
sombras,
y aún no puedo abarcarte, sigues creciendo como
un fuego, y me destruyes, me construyes, eres oscura como
la luz.
Recoge lo provechoso, y rechaza lo dañoso.
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ResponderEliminarViene el insomnio
cuando él quiere. Otro que
me toma el pelo.
(CUQUI COVALEDA)
Del santo me espanto, del pillo no tanto.
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ResponderEliminarTus ojos no son ojos,
sino saetas:
cada vez que me miras
me dejas muerta.
Mírame mucho,
que si así me muriera
sería de gusto.
ResponderEliminarTantas mentiras
a las que aún nadie ha
des-disfrazado.
(RAFAEL BALDAYA)
ResponderEliminarCierro los ojos y
arden los límites.
(GAMONEDA)