Vivo del sueño de una sombra en el agua:
sombra de ramas verdes, de casas
ya dadas vuelta, y de nuevo nubes... y se mece
todo: el borde blanco de un muro
en el cielo azul que te deslumbra, una cuerda
que lo atraviesa, un farol y el tronco
negro de un árbol, cortada a la mitad
una hoja amarilla
de papel que flota...
Sombra en el agua -líquida ciudad...
luminoso temblor, inmensidad
el cielo claro, verde verde verde
de hojas- todo parece que se fuera y está
y vive y no lo sabe:
no lo sabe el agua, no lo saben los árboles,
no lo sabe el cielo ni las casas... Solo
un hombre lo sabe, que camina
por el borde triste
del canal.
sombra de ramas verdes, de casas
ya dadas vuelta, y de nuevo nubes... y se mece
todo: el borde blanco de un muro
en el cielo azul que te deslumbra, una cuerda
que lo atraviesa, un farol y el tronco
negro de un árbol, cortada a la mitad
una hoja amarilla
de papel que flota...
Sombra en el agua -líquida ciudad...
luminoso temblor, inmensidad
el cielo claro, verde verde verde
de hojas- todo parece que se fuera y está
y vive y no lo sabe:
no lo sabe el agua, no lo saben los árboles,
no lo sabe el cielo ni las casas... Solo
un hombre lo sabe, que camina
por el borde triste
del canal.
Qué dotado estaba Pirandello para lo descriptivo... Leo este poema y parece que estoy viendo un cuadro de Monet, de aquella serie de riveras fluviales, con sus nenúfares y la cascada del ciprés reflejada en el agua. La modestia de una tapia o el tronco de unos alisos tremolando en el agua se convertían en un prodigio de belleza plástica.
ResponderEliminarHe leido hermosísimos cuentos de Luigi Pirandello; a bote pronto recuerdo dos de especial belleza -para mi gusto, claro-: "El mantón negro" y El viaje". La manera de hacer del escritor italiano me reconcilia con el añorado estilo que era común entre los escritores de las primeras décadas del siglo pasado. Una vez más rindo homenaje a Stefan Zweig.
En tiempos de extrema dureza como los que vivimos es un bálsamo recrearse en la lectura de autores como estos: la belleza hecha palabra.
El año pasado en Navidades me regalaron los Cuentos para un Año, de Pirandello, y lo he leído entero. No llegan a 365 porque murió antes de terminar los previstos. En todo caso la mayoría de ellos son excelentes.
ResponderEliminarHe dicho "ciprés" y he errado: era el sauce el árbol de Monet. O su sombra. Pese a que también el ciprés es una sombra: "Enhiesto surtidor de sombra y sueño..." lo llama Gerardo Diego.
ResponderEliminarPero tampoco sería raro que en el canal de Pirandello se reflejara la sombra del ciprés: Italia es tierra de cipreses; por millares los he visto alancear ("chorro que a las estrellas casi alcanza") los límpidos cielos de la Toscana.
Ser rico y ser avariento
ResponderEliminaruna misma cosa es;
porque nunca se supera
la codicia del tener.
ResponderEliminarSon pocas las palabras que no son palabrería.
Febrerillo el loco trae de todo un poco.
ResponderEliminarTambién cenan nabos los carniceros.
ResponderEliminar(proverbio ugandés)
ResponderEliminarDonde reina el amor, sobran las leyes.
(PLATÓN)
ResponderEliminarEs más fácil atrapar moscas con miel que con vinagre.
(proverbio macedonio)
En el mercado:
ResponderEliminar-Les vendo este sombrero
con nieve encima.
(MATSUO BASHO)