Sólo tu corazón
caliente,
y nada más.
Mi paraíso un campo
sin ruiseñor
ni liras,
con un río discreto
y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
sobre la fronda,
ni la estrella que quiere
ser hoja.
Una enorme luz
que fuera
luciérnaga
de otra,
en un campo
de miradas rotas.
Un reposo claro
y allí nuestros besos,
lunares sonoros
del eco,
se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
nada más.
y nada más.
Mi paraíso un campo
sin ruiseñor
ni liras,
con un río discreto
y una fuentecilla.
Sin la espuela del viento
sobre la fronda,
ni la estrella que quiere
ser hoja.
Una enorme luz
que fuera
luciérnaga
de otra,
en un campo
de miradas rotas.
Un reposo claro
y allí nuestros besos,
lunares sonoros
del eco,
se abrirían muy lejos.
Y tu corazón caliente,
nada más.
Todo buen artesano ama sus herramientas.
ResponderEliminarQue bonitos son los carros
ResponderEliminarque van por la carreteras.
Más bonitos son los ojos,
los ojos de mi morena.
ResponderEliminarBusca siempre lo mejor en los demás y encontrarás lo mejor de ti mismo.
ResponderEliminar¿Por qué juras que esos versos
de repente los hiciste,
si ellos, aunque tú lo calles,
muy claramente lo dicen?
ResponderEliminarNació, creció,
procreó y murió.
Misión cumplida.
(RAFAEL BALDAYA)
Ay, morena: En la era
ResponderEliminarno queda nada.
Tan solo tu recuerdo,
rosa encarnada.