viernes, 6 de septiembre de 2013

Lento, amargo animal (por Jaime Sabines)


Lento, amargo animal

que soy, que he sido,

amargo desde el nudo de polvo y agua y viento

que en la primera generación del hombre pedía a Dios.


Amargo como esos minerales amargos

que en las noches de exacta soledad

—maldita y arruinada soledad

sin uno mismo—

trepan a la garganta

y, costras de silencio,

asfixian, matan, resucitan.


Amargo como esa voz amarga

prenatal, presustancial, que dijo

nuestra palabra, que anduvo nuestro camino,

que murió nuestra muerte,

y que en todo momento descubrimos.


Amargo desde dentro,

desde lo que no soy,

—mi piel como mi lengua—

desde el primer viviente,

anuncio y profecía.


Lento desde hace siglos,

remoto —nada hay detrás—,

lejano, lejos, desconocido.


Lento, amargo animal

que soy, que he sido.

9 comentarios:

  1. LA PHRASE LAPIDARIA22 de octubre de 2013, 12:36

    Escribir es reescribir lo que otro escribió antes.

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  2. Al perrillo con dinero se le llama Señor Perro.

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  3. Allí donde bien me va, allí mi patria está.

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  4. Ni primavera sin flores, ni verano sin calores.

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  5. El mundo está lleno de gente muerta, aunque ella lo ignore.


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  6. La inteligencia está muy bien repartida: todos tenemos muy poca.

    (GIL DE BIEDMA)

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  7. Quien dice una mentira no se da cuenta del arduo trabajo que emprende, de las mil mentiras que habrá de inventar para sostener la primera.

    (POPE)

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  8. No quiso la lengua castellana que de casado a cansado hubiera más que una letra de diferencia.

    (LOPE DE VEGA)

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  9. Sin comentarios al comentario amargo más prenatal.

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