martes, 15 de octubre de 2013

Y mientras, una rosa (por Enrique Baltanás)


Una rosa se abre sin testigos en el silencio de la noche.


En la cama de un hospital alguien ensaya trabajosamente

un gesto parecido al de morirse

o tal vez muere y nadie se da cuenta.


Unos brazos y un pecho tibio acogen

a la vida que nace de la sangre, entre sangre, llorando.


Alguien palpa la niebla, como buscando, fuera, el sol

que él cree que brilla.


Las estrellas contemplan

el baile de dos cuerpos enlazados que se abrazan

en la música. Y caen. Y se alejan

uno del otro

por una calle entre veloces autos.


Y mientras una rosa, en el silencio

de la noche, se abre para nadie.

3 comentarios:

  1. La función se representa aunque no haya público. De hecho casi nunca asisten espectadores.

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  2. Muerto el hombre más celebrado, a los diez días, olvidado.

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  3. No es imposible cabalgar sobre un tigre. La pulga lo hace.

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