miércoles, 5 de febrero de 2014

En el cielo de México (por W. B. Yeats)


Insurgentes son los que se alzan.


Elevándome,


desde el avión veo la avenida


que levanta su nombre,


esa larga luciérnaga


como un cristal naranja que soplaran,


llenos, los pulmones de la noche;


una pinza dorada y roja


que tira de ese tráfico de afanes


que vienen y van, van y vienen,


pero en cualquier caso alejándose


mientras asciendo.



Debajo de la nítida línea


–una Vía Láctea horizontal


o un espejo postrado de esa vía–,


otros pasajeros apretados


–casi todos de pie,


también insurgentes a su modo–


no ya como una suma de luciérnagas


sino como un gusano oscuro que recorre


otra negrura,


una noche distinta


que refleja igualmente el firmamento


entre las nubes densas.



Alfa Centauro, Chilpancingo,


Zócalo, Tepito, Sirio, Vega,


Indios Verdes, Altair, Lázaro Cárdenas,


Aldebarán, Antares, Chabacano.


Esa red de estaciones,


esa urdimbre de estrellas


–y yo en medio–


que no veo ahora, adivinadas


como una alta, sumida


astrología.

5 comentarios:

  1. Tantas galaxias y constelaciones encima y debajo de nosotros, y nosotros sin saber sus nombres (¿en qué constelación vivimos?, ¿cómo se llaman las estrellas más próximas al sol?).

    Y todo eso no para nosotros, pues desde la Tierra son solamente pequeñísimos puntos luminosos que apenas dan luz.

    ¿Para quién, entonces, todos esos mundos -estrellas, cometas, asteroides, satélites, cuerpos celestes...- por miles, por millones, por miles de millones?

    ¿Para qué? ¿Para quién?

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  2. RAMÓN y sus greguerías15 de abril de 2014, 9:17

    Las escaleras mecánicas llevan más deprisa hacia gastos más inútiles.

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  3. Una guitarra tocando
    y bailando una morena
    y palmas por bulerías,
    y luego que vengan penas.

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  4. mirá los trenes

    parece que siguen siempre un mismo ritmo

    pero no

    ahora van lentos

    les pesa el viento en contra

    esas bandadas de pájaros

    y esos insectos que se estrellan

    en los cristales



    mirá los trenes

    y escuchá el sonido cuando atraviesan

    el campo

    es como escarcha que lastima la piel

    o como fuego

    es como dos que se aman y como esa luz

    que titila suave y se apaga

    en el andén



    (CELINA FEUERSTEIN)

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  5. Cuando mil personas creen durante un mes algún cuento inventado, esto es una noticia falsa. Cuando mil millones de personas lo creen durante mil años, es una religión y se nos advierte que no lo llamemos “noticia falsa” para no herir los sentimientos de los fieles (o provocar su ira).
    (Y. N. HARARI)

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