miércoles, 23 de julio de 2014

Cuando yo muero, muere el mundo (por Ray Bradbury)


Pobre mundo que ignora su destino, el día de mi muerte.

Dos mil millones mueren cuando mi muerte llega.

Me llevo a la tumba un continente entero.

Son valerosos, inocentes e ignoran

que si me hundo ellos me siguen al instante.

Así, en la hora de la muerte hay un clamor de buenos tiempos

mientras, loco egoísta, yo agito la campana del mal año.

Allende mi tierra hay tierras vastas y brillantes,

pero mi mano firme les apaga la luz de un solo gesto.

Anulo a Alaska, degüello a Gran Bretaña,

pongo en duda al monarca Sol de Francia,

con un guiño promuevo la locura de la vieja Madre Rusia,

arrojo a China de un acantilado de mármol,

derribo a Australia y le planto una lápida,

aparto a Japón de un puntapié. ¿Y Grecia? Eliminada.

La haré volar y desplomarse, como a la verde Irlanda,

convertida en sudoroso sueño mío.

Desesperaré a España,

fusilaré a los hijos de Goya y daré tormento a los de Suecia,

abatiré flores y granjas y ciudades con rifles de crepúsculo.

Cuando mi corazón se para, el gran Ra se hunde en el sueño;

sepulto las estrellas en el abismo cósmico.

Por eso escucha, mundo, ya te he avisado. Y teme.

El día de mi podredumbre, tu sangre estará muerta.


Si te comportas, yo, magnánimo, te dejaré vivir. Pero desvíate y me cobraré.

Es la última palabra. Se arrían las banderas.

¿Y si me bajan de un disparo? Mundo: te acabas tú también.

8 comentarios:

  1. Si tú te vas,
    Ilusión, deja que me
    vaya contigo.

    (CUQUI COVALEDA)

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  2. Lo que desenredan diez hombres buenos, lo vuelve a enredar un picapleitos.

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  3. La novedad atrae la atención y aun el respeto, pero la costumbre lo hace desaparecer pronto. Apenas nos dignaríamos a mirar el arco iris si éste permaneciese por mucho tiempo en el horizonte.

    (AUERBACH)

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  4. Con un pie en la sepultura
    y otro a su mismita vera,
    yo te tengo que querer
    aunque tú a mí no me quieras.

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  5. Cuando dos perros pelean por el hueso, el tercero se lo come.

    (proverbio búlgaro)

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  6. Mi niño se va a dormir.
    Mi niño no tiene cuna.
    Llamemos al carpintero,
    que venga y que le haga una.

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