El que no posee
una sombra en su interior
una sombra a la que uno pueda retirarse
de la multitud humana
una sombra, una penumbra, un manantial secreto
que murmure pacíficamente
un manantial cuyas aguas curen
la fiebre del alma
se encuentra desamparado en el desierto,
cegado por el sol,
condenado a creer
en todo espejismo
y la arena del desierto cambia
constantemente de forma,
la ciudad, desaparecida del mapa,
seguirá igual de alejada
El que no posee
una sombra, una penumbra, un manantial secreto
un manantial cuyas aguas curen
la fiebre del alma
Desgraciado aquel que no tiene una sombra en su interior
Hombre criticón, hombre tontorrón.
ResponderEliminarAlgunas de las peores cosas de mi vida no han llegado a pasarme.
ResponderEliminarCada puerta en su quicio y cada hombre en su oficio.
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ResponderEliminarFrecuentemente ocurren cosas infrecuentes.
Lo que no se evalúa, se devalúa.
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ResponderEliminarCuando patinamos sobre hielo quebradizo, nuestra seguridad depende de nuestra velocidad.
(EMERSON)