domingo, 26 de octubre de 2014

En el aire nocturno (por Walt Whitman)

Cuando escuché al astrónomo erudito,
cuando las pruebas, las cifras, fueron puestas en columnas delante de mí,
cuando me enseñaron los mapas y diagramas para sumarlos, dividirlos, medirlos,
cuando sentado escuché al astrónomo, con gran aplauso en el salón...
qué extrañamente rápido me harté,
hasta que levantándome y deslizándome me alejé solo
en el aire nocturno, místico y húmedo, y de tiempo en tiempo
miré en perfecto silencio las estrellas.


5 comentarios:

  1. Pero también en el saber científico y en lo impenetrable de éste, que por mucho que se estira nunca llega y más misterios atisba en cada intento, también ahí hay poesía.

    ResponderEliminar

  2. Un clavel te regalé
    el mejor que había en mi huerto
    y muy cerca de la cara
    vi que lo llevaba puesto
    uno que te acompañaba.

    ResponderEliminar

  3. Cierran locales
    -"se vende", "se traspasa"...-,
    me arrancan trozos.

    (CUQUI COVALEDA)

    ResponderEliminar

  4. Cuando Dios le entrega a alguien un don, también le da un látigo; y el látigo es sólo para autoflagelarse. Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal. Y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero es sutil, pero brutal.

    (CAPOTE)

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.