pasar una invisible compañía
con admirables músicas y voces,
no lamentes tu suerte, tus obras
fracasadas, las ilusiones
de una vida que llorarías en vano.
Como dispuesto desde hace mucho, como un valiente,
saluda, saluda a Alejandría que se aleja.
Y sobre todo no te engañes, no digas
que fue un sueño, que tus oídos te confunden;
a tan vana esperanza no desciendas.
Como dispuesto desde hace mucho, como un valiente,
como quien digno fue de tal ciudad,
acércate a la ventana con firmeza,
escucha con emoción, pero nunca
con lamentos y quejas de cobarde,
goza por vez final los sones,
la música exquisita de esa tropa divina,
y despide, despídete de Alejandría que así pierdes.
Dios, qué bueno el Kavafis.
ResponderEliminarNada sabían
ResponderEliminarni Galeno ni Hipócrates
de las bacterias.
(CUQUI COVALEDA)
Los que bailaban eran vistos como locos por quienes no podían oír la música.
ResponderEliminar(NIETZSCHE)
Y si no hay Dios,
ResponderEliminarque al menos venga Batman
a poner orden.
(CUQUI COVALEDA)
Un barco está seguro en el puerto, pero un barco no es para eso.
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