sábado, 4 de abril de 2015

Para que arda (por Aureliano Cañadas)


Jamás me entregues
a la voracidad de la tierra, a su desgana.

Cuando llegue el momento, sea tu hijo, no tú,
como a orillas del Ganges, el que prenda la pira

para que arda mi boca por todas las mentiras
que dije;

mis manos,
por todo aquello que nunca supieron dar;

mi pecho,
por tantas veces como fui cobarde;

mi vientre,
por todo cuanto
comí sin acordarme del hambre de los otros;

mis pies,
por todas las semillas que pisaron;

para que arda mi sexo
por el amor que no hice.

6 comentarios:

  1. Al hombre yo lo comparo
    con un barquito de vela
    y a la mujer con el viento
    que donde quiere lo lleva.

    ResponderEliminar
  2. Lo que desenredan diez hombres buenos lo vuelve a enredar un picapleitos.

    ResponderEliminar

  3. En lo perfecto hay algo que no cuadra.

    (BENJAMÍN PRADO)

    ResponderEliminar

  4. ¿En qué océano
    se evaporó el agua
    que está lloviendo?

    (CUQUI COVALEDA)

    ResponderEliminar
  5. Miguel Servet,
    Giordano Bruno y llamas
    piernas arriba.

    (ALFONSO SANCHO SÁEZ)

    ResponderEliminar

  6. Lo que no nos dijeron
    era que en nuestra vida no se iba a encender
    los focos a su tiempo, ni el atrezzo
    podría deslumbrar al respetable.
    Que nunca habría aplausos, ni ensayos, ni preestreno.
    Que el telón caería solamente una vez.
    Una sola función para pisar las tablas,
    para emplearse a fondo.
    Y luego nada.

    (EDUARDO GARCÍA)

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.