lunes, 2 de noviembre de 2015

Un nudo (por Anne Sexton)

Cuando el hombre
entra en la mujer
como muerde la orilla el oleaje
una y otra vez
y la mujer abre la boca de placer
y destellan sus dientes
como el alfabeto,
el Logos se aparece ordeñando una estrella
y el hombre
dentro de la mujer
aprieta un nudo
para que nunca más los separen
y la mujer
se encarama a una flor
tragándose su tallo
y se aparece el Logos,
y desencadena el río de ambos.

Este hombre
esta mujer
con duplicada hambre
han intentado traspasar
la cortina de Dios
y por segundos lo consiguen,
por más que Dios
en Su perversidad
desate el nudo.

8 comentarios:

  1. Mucha carga erótica pero no creo que el nudo tenga que desatarse necesariamente después de la unión física. También puede ser un tiempo de abrirse el corazón, de continuar esa fusión por otros medios no glandulares.

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  2. O de fumarte un cigarro, ¿no, Agri?

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  3. Tras la batalla en que el amor estalla
    un cigarrillo es siempre un descansillo

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  4. Fantástico poema. Envío la versión original en inglés:


    when man enters woman


    When man,
    enters woman,
    like the surf biting the shore,
    again and again,
    and the woman opens her mouth with pleasure
    and her teeth gleam
    like the alphabet,
    Logos appears milking a star,
    and the man
    inside of woman
    ties a knot
    so that they will
    never again be separate
    and the woman
    climbs into a flower
    and swallows its stem
    and Logos appears
    and unleashes their rivers.


    This man
    this woman
    with their double hunger,
    have tried to reach through
    the curtain of God
    and briefly they have,
    through God
    in His perversity
    unties the knot.

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  5. Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos de otros tiempos; ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza.

    (SÁBATO)

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  6. No sé si hay otra vida; si hay otra, deseo que me esperen en su recinto los libros que he leído bajo la luna con las mismas cubiertas y las mismas ilustraciones, quizá con las mismas erratas, y los que me depara aún el futuro.

    (BORGES)

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  7. Y ahora que ya los hemos admirado,
    pregunto: ¿quién compraba las patatas
    que sostenían el saber de Mommsen?,
    ¿quién se las cocinaba, y le ponía
    mantel, platos, cubiertos, copas y servilletas,
    sin olvidar el pan en su cestita?,
    ¿quién le hacía la cama a Rilke, quién
    planchaba sus camisas?,
    ¿quién, cuando él ya llevaba media tarde
    ganando un poco más de admiración futura,
    aún seguía fregando los cacharros?

    (MIGUEL D' ORS)

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