una ética absoluta, fresco y antiguo.
Cuántas cosas desde el mundo lo ocupaban,
pesadas. Puertas, caminos,
y montañas de polvo que reclamaban
un orden para un significado.
Pero el violín circuló
y todas las desesperaciones lo seguían
en círculos, como perros que no alcanzan
el tema central, la intensidad secreta,
el solo de Mozart en su cielo obligado.
Desconfía de las ideas que caben en una pancarta.
ResponderEliminarQué suerte: un bar
ResponderEliminaro salón de lectura
en cada esquina.
(RAFAEL BALDAYA)
Nunca permití que la escuela interfiriese en mi educación.
ResponderEliminar(TWAIN)