martes, 25 de octubre de 2016

Como ella (por Juan Ramón Jiménez)


¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!

Se me torna celeste la mano, me contagio de otra poesía

y las rosas de olor, que pongo como ella las ponía, exaltan su color;

y los bellos cojines, que pongo como ella los ponía, florecen sus jardines;

y si pongo mi mano -como ella la ponía- en el negro piano,

surge como en un piano muy lejano, más honda la diaria melodía.


¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!

Me inclino a los cristales del balcón, con un gesto de ella,

y parece que el pobre corazón no está solo.

Miro al jardín de la tarde, como ella,

y el suspiro y la estrella se funden en romántica armonía.


¡Que goce triste este de hacer todas las cosas como ella las hacía!

Dolorido y con flores, voy, como un héroe de poesía mía.

Por los desiertos corredores que despertaba ella con su blanco paso,

y mis pies son de raso -¡oh Ausencia hueca y fría!-

y mis pisadas dejan resplandores.


3 comentarios:

  1. JRJ, siempre un paso por delante del lenguaje. Siempre por delante de la expresividad de las pobres palabras que se dicen y se escriben.

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  2. Goce triste, dolor que apetece. Maravilloso oxímoron.

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  3. Las lágrimas más amargas que se derramarán sobre nuestras tumbas serán por las palabras no dichas y por las obras no realizadas.

    (STOWE)

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