lunes, 24 de octubre de 2016

Esa mirada incompleta (por Claudia Prado)


El muñeco preferido, de trapo

o de peluche, envejece. Los colores

más lavados, las costuras flojas,

se lo nota desganado en el abrazo.

Un día pierde un ojo. Es difícil

sostener esa mirada

incompleta. Si le faltase

una cosa singular como la boca

lo hubiesen aceptado diferente.

Pero todavía

conserva el brillo de una cuenta

de plástico, ahora sola,

y el otro lado de la cara liso.

El ojo que falta no aparece, no rodó

a ningún rincón, no está

debajo de la cama

donde comprueban,

de paso y con alivio, que no vive

ese espanto de mujer,

la del rostro oculto bajo el pelo.

No, no hay nada brillante

en los rincones, nada oscuro,

solo un poco de pelusa.


4 comentarios:

  1. También las cosas envejecen. Nada se hace más joven con el paso del tiempo. Ni siquiera los peluches. Ni siquiera el mundo inerte desafía al rey Cronos.

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  2. Los pobres libros,
    ya poco más que piezas
    decorativas.

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  3. Tal vez la vida no nos perteneció
    y se fue consumiendo
    como todas las cosas que hemos creído nuestras...

    (VALVERDE)

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  4. El tiempo es

    ese polvo sutil

    que desciende por el rayo de sol,

    el que se aquieta

    sutil también

    sobre las anchas losas.

    Afuera el guardia

    -sus vigilantes pasos en la piedra

    del patio van y vienen

    como las campanadas del reloj de la torre,

    ecos de voces fantasmales.

    (VICENTE ECHERRI)

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