Hará unos veinte días puse una rosa en un vaso
encima de la mesita que hay junto a la ventana.
Cuando me di cuenta de que todas las hojas
se habían marchitado y estaban a punto de caer,
me senté frente al vaso
a ver morir la rosa.
Estuve un día y una noche esperando.
El primer pétalo cayó a las nueve de la mañana
y lo hizo en mis manos.
Nunca he estado junto a un lecho de muerte,
ni siquiera cuando murió mi madre.
Yo estaba de pie, lejos, al final de la calle.
Omnipresente muerte también (suele olvidársenos) en lo vegetal. Mueren, morimos los humanos como los abedules y las secuoyas.
ResponderEliminarJunto a la catedral vi a una mujer
ResponderEliminarque se había reclinado en su mochila y lloraba.
La peregrinación había acabado.
A dónde iba a ir ella ahora.
(ZAGAJEWSKI)
Está bien: quítenme
ResponderEliminar"lo bailao"; pero háganlo
con "lo sufrío".
(RAFAEL BALDAYA)
piensa en su vida, que también se apaga,
ResponderEliminarse hace sombra, y silencio, y lejanía.
(ANADÓN)