Morí por la Belleza, pero apenas acomodada en la tumba, uno que murió por la Verdad yacía en un cuarto contiguo Me preguntó en voz baja por qué morí. -Por la Belleza -repliqué- -Y yo por la Verdad. Las dos son una. Somos hermanos -dijo- Y así, como parientes, reunidos una noche hablamos de un cuarto a otro hasta que el musgo alcanzó nuestros labios y cubrió nuestros nombres |
Tú verdad no. La verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatelá.
ResponderEliminarNingún hombre conoce toda la amargura que le espera, y si ésta apareciera de repente, como un sueño, la negaría y apartaría la vista de ella. A esto se le llama esperanza.
ResponderEliminar(CANETTI)
La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima.
ResponderEliminar(WIESEL)