Todo artista tiene su cuota de originalidad, de magia personal o de genio creativo. Es siempre una cuota limitada, que antes o después se cubre y extingue. Puede pasar con la primera obra o más tarde, pero llega un momento en que su frescura se completa y termina. En que el depósito se acaba. En que el filón se agota. Después el artista puede repetirse en sus obras, imitarse, autocopiarse, volver a decir lo mismo bajo otra aparente envoltura o con otra falsa variante...; pero la originalidad y la impronta de su voz ya se apagó. No, decididamente no se puede ser gran artista toda la vida.
Cómo querría
ResponderEliminarnavegar por el mar
de tus dos ojos.
Todo artista tiene su cuota de originalidad, de magia personal o de genio creativo. Es siempre una cuota limitada, que antes o después se cubre y extingue. Puede pasar con la primera obra o más tarde, pero llega un momento en que su frescura se completa y termina. En que el depósito se acaba. En que el filón se agota. Después el artista puede repetirse en sus obras, imitarse, autocopiarse, volver a decir lo mismo bajo otra aparente envoltura o con otra falsa variante...; pero la originalidad y la impronta de su voz ya se apagó. No, decididamente no se puede ser gran artista toda la vida.
ResponderEliminar(RAFAEL BALDAYA)
Poder mirar sin vivir sería la felicidad, pero es imposible, como acostumbra a ser todo lo que soñamos.
ResponderEliminar(PESSOA)