viernes, 22 de febrero de 2019

Hierro y carne (por Inger Cristensen)


Me apoyo tiernamente en la noche,
con ayuda de una balaustrada oxidada,
encuentro el camino de mi mejilla y mi hombro,
encuentro el camino de mi ternura:
hierro y carne.
El resto son banderas
que ondean silenciosas, interrogando fuera y dentro,
en el espacio de la noche, en el espacio del alma:
¿muerte?
pongo la mano sobre el rostro palpitante
de la noche,
quito un poco de óxido de mi mejilla.



2 comentarios:

  1. Dejar de vivir no admite otro grado mayor, no permite un paso más. La ausencia de vida es el nivel máximo, la culminación de algo. Ningún muerto está más que muerto. Ningún muerto está muertísimo.

    (RAFAEL BALDAYA)

    ResponderEliminar

  2. Una soledad mayor
    lentamente se aproxima
    a mi triste corazón.

    Se me está nublando el ser
    lo mismo que una mirada
    se ciega al oscurecer.

    Me echo sin nexo ni fin...
    Tan nada quise de Nada,
    que hoy Nada quiere de mí.

    ResponderEliminar

¿Te gustó el poema seleccionado? ¿Crees que merece estar en zUmO dE pOeSíA?

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.