y cortan una flor de nuestro jardín,
pero no decimos nada.
La segunda noche ya no se esconden
La segunda noche ya no se esconden
y pisan las flores, matan nuestro perro
y no decimos nada.
Hasta que un día, el más débil de ellos
entra solo en nuestra casa,
nos roba la luna y,
conociendo nuestro miedo,
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada
ya no podemos decir nada.
Donde el pueblo no puede reírse de los gobernantes, son los gobernantes los que se ríen del pueblo.
ResponderEliminarManuel Flores va a morir,
ResponderEliminareso es moneda corriente:
morir es una costumbre
que suele tener la gente.
Es típico de la mente militar pensar en abstracciones, en territorios, y no en seres humanos.
ResponderEliminar(BORGES)
Nuestra alma es algo sucio, y es una suerte que no huela a nada.
ResponderEliminar(PESSOA)
Como forma de neurosis, el nacionalismo consciente de la raza casi siempre ignora la lógica y el conocimiento. En las guerras civiles de Europa del Este entre 1918 y 1920, los judíos fueron asesinados por una variedad de razones contradictorias: por capitalistas y por comunistas, por amigos de los ucranianos, por filopolacos y por pro-alemanes, según convenía a las circunstancias.
ResponderEliminar( Erik von Kuehnelt-Leddihn )