ordenar las frazadas,
quedo mudo y perplejo.
No me atrevo a despedirme.
Somos un grupo numeroso.
¿Adónde vamos?
Se cruzan nuestras miradas,
escondo mi cuaderno,
son momentos de mucha intensidad,
me duele el estómago,
hay un gran despliegue de tropas,
inusual y desmedido,
surgen conjeturas,
caen granizos,
todo se llena de ausencias,
escribo mis iniciales en la pared.
Afuera hay un vehículo con destino desconocido
y después una lancha torpedera o un avión,
hay cierta claridad glacial
que va blanqueando nuestro andar;
veo orillas que se hunden como barcos,
troncos quemados,
hombres que entran y salen de sí mismos.
Siento un leve escozor en las rodillas,
cierro mis párpados ahora.
Hasta siempre camaradas,
toda esta lección no ha sido en vano.
ResponderEliminarAl partir, un beso y una flor
Me toca hoy a mí emprender la retirada. Debo alejarme de la buena muchachada.
ResponderEliminar
ResponderEliminaranoche soñé que era
un demacrado árbol sin vida
y tú trepabas hasta mi nido.
estabas calma tan seria
mientras envolvías tus piernas
en mi tronco y presionabas
tu cuerpo contra el mío. y
dondequiera que tu humana piel
tocara mi dura corteza de mí
brotaban ramas hasta que
exuberante de hojas me volví
toda verde y plateada frágil
como plumas sosteniéndote
dormida en mis brazos de madera.
(IRENA KLEPFISZ)
El poema de Irena, la unión con la vida, amar la vida,
ResponderEliminarbellísima metáfora del amor