martes, 3 de diciembre de 2019

Yo araño las heladas paredes de tu ausencia (por José Ángel Valente)


Tú duermes en tu noche sumergido. 
Estás en paz. 
Yo araño las heladas paredes de tu ausencia, 
los muros no agrietados por el tiempo 
que no puede durar bajo tus párpados. 
Ceniza tú. Yo sangre. 
Leve hoja tu voz. Pétreo este canto. 
Tú ya no eres ni siquiera tú. 
Yo, tu vacío. 
Memoria yo de ti, tenue, lejano, 
que no podrás ya nunca recordarme.


4 comentarios:

  1. La ausencia omnipresente: curioso y real oxímoron.

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  2. Pero siempre entendemos demasiado tarde a los seres que más cerca están de nosotros, y cuando empezamos a aprender este difícil oficio de vivir ya tenemos que morirnos, y sobre todo ya han muerto aquellos en quienes más habría importado aplicar nuestra sabiduría.

    (Ernesto Sabato)

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  3. Deja tu presencia
    una leve huella. Se queda
    como pasando, como sin estar,
    como si siguiera estando sin estar,
    como si no dejara de oprimir
    la mano, como si la mirada
    siguiera mirando.

    (MUÑOZ ROJAS)

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  4. Sigilosamente y durante la noche se movían
    esos sentimientos.
    Migraciones.
    Como masas de nubes, como tormentas,
    como mangas de langostas, como manadas de icebergs.
    Cambios completos del paisaje.

    Al despertar,
    sitiado por sentimientos fuertemente armados,
    el corazón
    no sabía si esconderse
    o enfrentarlos.

    (ROBERT RIVAS)

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