¿Por qué, por qué llorar? Acabó el amor.
Dime tendida tu secreto. Ya no amas.
Calla. Tendida constas como un río parado.
Azul, tranquilo, el cielo sobre tus ojos consta.
Consta el aire elevado, sus templados destellos.
La vida quieta consta tranquilamente exacta.
Yo, reclinado en tierra de un verdor sin espuma,
transcurro, leve, apenas, como la hierba misma.
Nada llena los aires; las nubes, con sus límites,
derivan. Con sus límites, los pájaros se alejan.
Sentimos un chasquido frio y seco.
ResponderEliminarCuando el amor se acaba, ¿sabes tú adónde va? BECQUER
ResponderEliminarA mi hija le leí ese poema de Bécquer y dijo: Yo sí sé adónde va: a la mierda.
ResponderEliminarValemos más por lo que callamos que por lo que contamos.
ResponderEliminar
ResponderEliminarHay quien para limpiarse las legañas se saca los ojos.
(proverbio hindú)
Poco se ha ganado hilando, pero menos aún mirando.
ResponderEliminar