Debajo de mi falsa cabellera (por José Ángel Valente)
Llevo tal cantidad de vidas no narradas debajo de mi falsa cabellera,
tal cantidad de fechas incumplidas.
No me digas jamás ni siempre.
Búscame.
Pues cómo de otro modo
iba a saber si estoy o si no he vuelto
o cómo si he llegado o cómo cuándo
si el que ha llegado soy o el que me espera.
No encadenes a nadie al pie de nunca.
Ocúltame, solapa,
bajo el llanto tardío
No digas nunca jamas .
ResponderEliminarAbrígate por enero con dos capas y un sombrero.
ResponderEliminarA buen vino, buen tocino.
ResponderEliminarEl mal no es lo contrario del bien. El mal es la carencia de bien.
ResponderEliminar(LEIBNIZ)
ResponderEliminarAlguien empuja
el balón y el ¡¡¡ GOL !!! se oye
por las ventanas.
(CUQUI COVALEDA)
ResponderEliminarDebajo de tus balcones
tiene la paloma el nido,
y yo como cazador
al reclamo me he venido.
ResponderEliminarLo único que permanece es el cambio.
(HERÁCLITO)
ResponderEliminarQuien bien te quiere, te hará reír.
he paseado esta libreta
ResponderEliminarpor el hipódromo
todo el día y
no he escrito
nada.
ahora estoy en la primera planta
del Pavilion,
en el cagadero masculino, sentado
aquí
dentro de estas grises y
frescas paredes
hallo consuelo
en un acto
corriente:
algo
por fin
que llevar
al
papel.
(BUKOWSKI)
Es que cuando la inspiración se va de vacaciones...
ResponderEliminarA medio hacer quedamos, padre, ni cocidos ni crudos, perdidos en la grandeza de este basural interminable, errando y equivocándonos, matando y pidiendo perdón, maniacos depresivos en tu sueño, padre, tu sueño que no tenía límites y que hemos desentrañado mil veces y luego mil veces más, como detectives latinoamericanos perdidos en un laberinto de cristal y barro, viajando bajo la lluvia, viendo películas donde aparecían viejos que gritaban ¡tornado! ¡tornado!, mirando las cosas por última vez, pero sin verlas, como espectros, como ranas en el fondo de un pozo, padre, perdidos en la miseria de tu sueño utópico, perdidos en la variedad de tus voces y de tus abismos, maniacos depresivos en la inabarcable sala del Infierno donde se cocina tu Humor.
ResponderEliminar(BOLAÑO)
ResponderEliminarEl que en un arte ha llegado a maestro, puede prescindir de las reglas.
(GRAF)
ResponderEliminarComo en un vuelo, el ómnibus me dio el claro con la fachada.
Era hermoso, los pantalones que caían amplios sobre zapatones gruesos,
pararse entre las hojas aquí y allá.
Mañanas sin saber que estás en un lugar, dentro de una vida
que siempre está ahí, y tiene la fábrica de aluminio, los campos.
Las cosas se mueven mientras uno habla,
las ventanas con los jarrones, las cortinas finamente bordadas.
Afuera discurren lentos los patios, las hojas ruedan lentas debajo de las vacas.
El cielo gira hacia Cividale, la hermosa luz gira
sobre las manitos que teníamos, ha sido la vida estar vivos así.
(BENEDETTI)