Belleza
Eres como el amor:
naces de la destrucción
que tu ausencia
ha provocado.
Mencioné tu nombre muchas veces,
y muchas veces hablé de ti
largamente con los pájaros.
Siempre anduve cerca de aquellos caminos
por donde iba tu voz,
sin encontrarte;
y siempre dispuse
de seguras señales:
quién puede saber
que la luz con que miras,
no es de tus ojos,
y que nada hay en ti
afectado por la sombra.
Tú estás por indicarme
palabras que no conoces,
para que el tiempo vacile,
pensando en su muerte.
Tú estás para que el orden
de las cosas se desplome,
para demostrar
que todo puede ser iluminado.
Eres la posibilidad,
la lluvia inesperada,
la vocación del hombre
por agarrarse al aire.
No existes, pero naces
de tantas manos distintas
que no pueden tocarte,
y de tanta fiebre oscura
que a través de ti
se purifica.
Nunca tuve esperanzas de verte;
prefiero saber que estás lejos
y buscarte, o sentir el calor que te he dado,
o imaginarte entre blancas colinas,
disminuyendo las miserias del mundo
y hablando largamente
con los pájaros.
Todos llevamos dentro un yo mejor y el reto es sacarlo, hacerlo aflorar.
ResponderEliminarNada me han enseñado los años:
ResponderEliminarsiempre caigo en los mismos errores.
Otra vez a brindar con extraños
y a llorar por los mismos dolores.
Lo accesorio enturbia lo principal.
ResponderEliminarPensamientos retorcidos, casi siempre confundidos.
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ResponderEliminarPor un beso que te di
me cobraste cinco reales.
No he visto beso más caro
poniendo los materiales.
ResponderEliminarEn cuanto los ideales son declarados superiores a los hombres, comienza la cacería.
(ARAMBURU)
ResponderEliminarOjalá puedas vivir todos los días de tu vida.
(SWIFT)
Saco mi esperanza, igual
ResponderEliminarque una deslumbrante joya,
de mi corazón — su caja —,
la paseo entre las rosas,
la mimo, como a una hija,
una hermana, o una novia,
la miro infinitamente,
... y la guardo, otra vez, sola.
(JUAN RAMÓN JIMÉNEZ)