jueves, 14 de mayo de 2015

Y yo no te decía (por Antonio Gala)


Nadie mojaba el aire
tanto como mis ojos.
Me decías: "¿Trabajas?"
Me decías: "¿Ya es la hora del té?"
Y yo no te decía: "Te amo";
no te decía:
"Eres todo lo que tengo";
no te decía:
"Eres la única rosa en la que caben
todas las primaveras".
Me decías:
"Adiós, hasta mañana".
O me decías:
"¿Necesitas algo?".
Y yo no te decía:
"Me estoy muriendo
de amor... me estoy muriendo".
Nadie mojaba el aire
como yo.


5 comentarios:

  1. Miguel Hernández
    jamás oyó a Serrat
    cantar sus versos.

    ( CUQUI COVALEDA)

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  2. La testa es un potiño
    en el que cada uno
    hierve su caldiño.

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  3. ¿De quién la hogaza? De quien la amasa.

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  4. En Sevilla está una ermita
    cual dicen de San Simón,
    adonde todas las damas
    iban a hacer oración.
    Allá va la mi señora,
    sobre todas la mejor,
    saya lleva sobre saya,
    mantillo de un tornasol,
    en la su boca muy linda
    lleva un poco de dulzor,
    en la su cara muy blanca
    lleva un poco de color,
    y en los sus ojuelos garzos
    lleva un poco de alcohol,
    a la entrada de la ermita
    relumbrando como el sol.
    El abad que dice misa,
    no la puede decir, non,
    monaguillos que le ayudan,
    no aciertan responder, non:
    por decir “amén, amén”,
    decían “amor, amor”.

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