Vamos a intercambiar pensamientos,
árbol, ya que ni siquiera conozco tu nombre
y con tu pensamiento
dame todas tus hojas
para que las dejes en mis manos
y en mis ojos, y en mi frente.
Al final
habrá un hermoso carnaval
de despedida
y todos se pondrán sus máscaras
para celebrarlo.
Quiero aparecer con un simple disfraz,
de árbol verde.
de árbol verde.
Todas las cosas pueden ser feas, pero no hay ningún árbol feo. Quizá nos parecen bonitos porque durante mucho tiempo fuimos arborícolas, habitamos en sus ramas.
ResponderEliminarEscribir sirve para descubrir lo que no sabías que sabías.
ResponderEliminarEn el eco de mis muertes
ResponderEliminaraún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labios muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
(ALEJANDRA PIZARNIK)
Los hay que defienden las religiones o las patrias como “mentiras necesarias”, pero yo me pregunto: ¿cómo se hace para seguir creyendo en una mentira una vez que sabes que es mentira?
ResponderEliminar(NEORRABIOS@)
Mi mente nunca
ResponderEliminartiene a bien consultarme
qué va a soñar.
Mientras dormimos
nos pasan aventuras
que no nos pasan.
Este colchón
es nada menos que...
mi soñadero.