miércoles, 30 de octubre de 2019

Carballo (por Miguel d' Ors)



Te debo una palabra, compañero,
viejo carballo que cada mañana
me saludas detrás de la ventana
en tu idioma silvestre y pajarero.

Por esa especie de fidelidad
que acompaña y anima mi labor
diaria, por el cálido rumor
con que me asistes en mi soledad,

que te visiten lluvias oportunas,
que el favor de los soles y las lunas
prolongue muchas décadas tu edad,

que cada renovada primavera
traiga a la intimidad de tu madera
algo así como la felicidad.



1 comentario:

  1. Qué hermoso poema y qué estupenda foto para acompañar su lectura. Gracias una vez más.

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