Un día supiste por fin
lo que tenías que hacer, y empezaste,
aunque a tu alrededor las voces
seguían gritando
sus malos consejos,
aunque toda la casa
empezó a temblar
y sentiste el antiguo tirón
en los tobillos.
“¡Arréglame la vida!”
gritaba cada voz.
Pero no paraste.
aunque el viento hurgaba
con sus dedos rígidos
en las bases mismas,
aunque su melancolía
fuese terrible. Ya era bastante
tarde, y una noche salvaje,
y la calle llena de ramas
caídas y de piedras.
mientras dejabas las voces atrás,
las estrellas empezaron a arder
entre las sábanas de nubes,
y había una voz nueva,
que lentamente
reconociste como tu propia voz,
que te acompañaba
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
lo único que podías hacer, decidida a salvar
la única vida que podías salvar.
7 comentarios:
¡¡¡ Porque es tan difícil escribir uno su propio guión, en vez de recitar el papel que los demás te han asignado en la trama !!!
La calle del después hace esquina con la plaza del nunca.
(proverbio colombiano)
El puritanismo no te impide pecar. Lo único que hace es impedir que lo disfrutes.
(SALVADOR DE MADARIAGA)
Abogado enredador, lo peor de lo peor.
Abogado enredador, lo peor de lo peor.
Las viejas coplas
de inspirados poetas
analfabetos.
(CUQUI COVALEDA)
Ya viene el afilador
tocando su caramillo…
¡Ay, decidle, por favor,
que afile pronto un cuchillo
para que matar mi dolor!
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