Cuando tengas el mapa de la ruta
escogida y empieces a mirarlo
y no encuentres un sitio favorable
ni el atajo o la clave que te aleje
de aquí, sabrás entonces que los mapas
clandestinos que venden en el puerto
están equivocados, o son falsos,
o responden a tronos o países
que no son los que fueron, que no fueron
lo que dicen las crónicas del mundo.
Cuando tengas los mapas que buscabas
verás que ya no valen, que los mapas
engañan, siempre traen lo que hubo
y nunca lo que hay.