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domingo, 22 de septiembre de 2013

Todos se han quedado (por César Vallejo)

-No vive ya nadie en la casa –me dices–; todos se han ido.

La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados.

Nadie ya queda, pues que todos han partido.

Y yo te digo: Cuando alguien se va, alguien queda.

El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo.

Únicamente está solo, de soledad humana,

el lugar por donde ningún hombre ha pasado.

Las casas nuevas están más muertas que las viejas,

porque sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombres.

Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar,

sino cuando empiezan a habitarla.

Una casa vive únicamente de hombres, como una tumba.

Sólo que la casa se nutre de la vida del hombre,

mientras que la tumba se nutre de la muerte del hombre.

Por eso la primera está de pie, mientras que la segunda está tendida.

Todos han partido de la casa, en realidad,

pero todos se han quedado en verdad.

Y no es el recuerdo de ellos lo que queda,

sino ellos mismos. Y no es tampoco que ellos queden en la casa,

sino que continúan por la casa.

Las funciones y los actos se van de la casa en tren o en avión o a caballo,

a pie o arrastrándose.

Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en círculo.

Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes.

Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón.

Las negociaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado.

Lo que continúa en la casa, es el sujeto del acto.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder qué tío más grande

Al (defraudado y pelín encabronado) dijo...

Maldigo la suerte mía,
que por culpa de un congreso
hube de dormir muy tieso
en muy mala cofradía.

Traseras de la Gran Vía
de Granada calurosa,
en fonda muy cochambrosa
quebrantose el alma mía.

De Nutrición fue el asunto,
mas del disgusto sufrido
quedeme un tanto escurrido
y perdí parte del unto.

A la Alhambra venía, por los Palacios,
de Granada me marcho muy cabizbajo.
Maldigo la suerte mía,
ay, qué carajo.

el bachiller Sansón Karrasko dijo...

Coño, Al, lo siento de verdad. Espero que al menos la comida sí fuese de tu agrado, máxime tratándose de un congreso de Nutrición. ¿O te tuvieron a base de calditos de verduras, pescado hervido y jamón de York? Aquí cerca están las Alpujarras, y en concreto en Trevélez se curan los mejores jamones serranos. Bueno, a descansar y reponerte con fabes y con sidrina.

Alonso (don) dijo...

Bueno, Kharrastkho, en realidad es una broma que os he gastado con mi "Oda a la falta de aposento". Lo único cierto es que hubo muchas dificultades para encontrar hotel (terminamos en el H2 que queda por la estación de autobuses, lo que se dice en casa dios), y que cualquier día de estos nos va a llegar una multa por circular por los carriles del vedado de caza municipal (con su fusil de cámara de infrarrojos incluida, por aquello de cazar las piezas nocturnas). Pero todo lo demás fue jolgorio, holganza, tañer de bihuela et sonar de pandereta (cabe las orilla izquierda del Darro, en el que llaman Paseo de los Tristes, paresciome escuchar - una anochecida que facía que viera sobre mi cabeza las murallas de la Alhambra tal que de la color que su nombre nazarí ilustra- sonares de crótalos et tintineo de pulseras de odalisca, o quizá de cristianas cautivas que distraían su encierro de aquesta manera tras el recato de las celosías.
Y vi a Federico sentado en un banco de la Constitución, leyendo un tomo de poemas suyo, que tenía apoyado en las rodillas. Era de anochecida y como apenas había concurrencia, sólo vide a unos embozados que salían de un figón, dile un beso en la frente broncínea y paresciome que me sonreía.
Fermosa en verdad es la villa de Granada; salón urbano para pasear sin temor a que te atropellen las ruedas de un carruaje; gentiles sus gentes; asaz abundante el taperío...
Por no hablar de lo que de veras da nombre y ablengo a ciudad tan agraciada, que de puro conocido es baladí que aquí lo traiga a cuento don Alonso.

Un saludo, cuates.

Al dijo...

Es "vihuela", no "bihuela", como escribí por erradura.

ORáKULO dijo...

Si no quieres tropezar nunca, hazte gusano.

Cide Hamete Benengeli dijo...


Muchachos, apedreadme;
salid, perros, y mordedme;
que una niña que aquí vive
me ha dicho que no me quiere.

cajón desastre dijo...


El verde que todavía
retiene el otoño, ¿no te recuerda
al de tu propio corazón?


(JOSÉ CEREIJO)

casa de citas dijo...


El aire tiene su amor en las hojas de los árboles
-risa de movimiento-, y su desdén en la faz pétrea de las esquinas sombrías.

(MARÍA CEGARRA)

Fuego de palabras dijo...

Tu bondad pintó el canto de los pájaros

y el mar venía lleno en tus palabras
de puro blanca se abrirá aquella estrella
y ya no volarán nunca las dos golondrinas de tus cejas
el viento mueve las velas como flores
yo sé que tu estás esperándome detrás de la lluvia
y eres más que tu delantal y tu libro de letras
eres una sorpresa perenne

(CARLOS OQUENDO DE AMAT)