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viernes, 7 de febrero de 2014

El vino del asesino (por Charles Baudelaire)


Ahora que ella ha muerto yo soy libre

y puedo emborracharme cuando quiera.

Cuando volvía a casa sin un céntimo

me destrozaba el alma con sus gritos.



Ahora soy dichoso como un rey;

el aire es puro, el cielo es admirable…

Recuerdo que también fue como éste

aquel verano en que la conocí.



Esta sed espantosa que me abrasa

para calmarse necesita al menos

de tanto vino como quepa allí,

en su tumba, lo cual no es decir poco:



en el fondo de un pozo la he arrojado,

y además he cubierto su cadáver

con piedras que formaban el brocal.

¡Intentaré olvidarla, si es posible!



Invocando amorosos juramentos

de los que nada puede desligarnos,

y para hacer las paces y volver

a la embriaguez de aquellos buenos tiempos,



le rogué que acudiera a aquella cita,

cita nocturna en un camino oscuro.

¡Y acudió! ¡Qué mujer más insensata!

¡Todos estamos más o menos locos!



Vi que era todavía muy hermosa,

aunque ya fatigada. En cuanto a mí,

la amaba demasiado. Y ésta fue

la razón de decirle: ¡Has de morir!



Nadie va a comprenderme. Sé que nunca

uno de esos obtusos borrachines

pensó en el desvarío de sus noches

hacer una mortaja con el vino.



Ninguno de esos crápulas, tan sólidos

como una de esas máquinas de hierro,

ni durante el invierno ni en verano

ha conocido el verdadero amor,



con sus encantamientos de negrura,

su cortejo infernal de mil temores,

sus frascos de veneno, con sus lágrimas,

sus ruidos de cadena y de osamenta.



¡Por fin me siento libre y estoy solo!

Esta noche estaré como una cuba;

y sin temor y sin remordimiento

me tenderé en el suelo una vez más



porque quiero dormir a pierna suelta.

Y las pesadas ruedas de los carros

con su carga de piedras y de fango

o los trenes rabiosos, bien podrían



mi culpable cabeza machacar

o dividir mi cuerpo en dos pedazos.

Yo me río de todo, del Demonio,

de Dios y de la corte celestial.

5 comentarios:

F. dijo...

Uf!, que mala gente era este Baudelaire

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Un cordial saludo, amigo F. Se te echaba ya de menos en este blog.

F. dijo...

Es que no damos abasto, compañeros.
Besos.

hAiKu dijo...


En primavera,
al mediodía, el sol
cae como lluvia.

(GARCÍA-MÁIQUEZ)

Aldonza Lorenzo dijo...

A mandobles de plata y pinchazos de oro, rindió la plaza el rey moro.