sábado, 12 de abril de 2014
La eternidad en nosotros (por Juan Ramón Jiménez)
Puedes ya, sol, apagarte si quieres y como quieras;
porque este instante de nuestro amor
ha ido más allá de tu fin y de tu olvido.
—¡Hermosa, hermosa luz que has alumbrado,
un momento, la eternidad en nosotros;
que nos has hecho ver, súbitamente, una belleza
a la que tu mismo sol no podrá llegar
nunca!
¿En qué lugar se ha cumplido esto? ¿Dónde
tú, sol mortal, has podido lucir inmortalmente?
¿Dónde nosotros, mortalísimos, hemos podido estar
-y siendo más efímeros que tú- más lejos
aún que tú, sol?
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5 comentarios:
El sol, fuente de vida y necesario para que brote la conciencia, es un gran ser inconsciente y carente de sensibilidad. Es una gran incoherencia o paradoja. O al menos lo parece. Tampoco podemos estar tan seguros. En la novela de Stanislaw Lema titulada Solaris un planeta era todo él un enorme ser vivo
Stanislaw Lem es el autor.
Juan Ramón se equivoca: no es el sol el que le ha cargado las pilas, ha sido el Amor. El sol pasaba por allí y se quedó mirando a los tortolitos..., y no le quedó más remedio que dorarles un poco las espaldas desnudas. Pero su luz poco importó para el caso.
Por eso el poeta dice que al sol le pueden ir dando, que él (y ella) ya tienen candela para unos trillones de años (el sol no es eterno, ¿saben?). Y, claro, cuando llegue el desamor este astro habrá desaparecido en medio de una hecatombe, incapaz de fulminar a los amantes que, amándose envueltos en un capullo de energía amatoria, apenas si habrán sentido un chasquido como de eclosión de brote de bambú en la jungla de Sumatra.
Pero el desamor -sean muchos o pocos los trillones de años que ha de tardar en acudir a la cita- vendrá inexorablemente.
Si lo sabré yo...
Excelso .
Estoy leyendo Vida de JRJ , hay que leerlo aunque la introducción son más de 100 paginas y vale 40€
Cuando era joven, me decían: "Ya verás cuando tengas cincuenta años". Tengo cincuenta años, y no he visto nada.
(SATIE)
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