Despertarse un buen día y descubrir
que la turbia amenaza que tanta muerte puso
durante tanto tiempo en nuestra vida
ya no nos mira con sus ojos fijos,
con sus ojos terribles.
¿Qué sucede?
¿Cómo se hizo en mi casa este silencio puro,
este sosiego que tenía olvidado?
¿Quién ha abierto el balcón y allí ha dispuesto
esa maceta con geranios rojos?
¿Es cierto que se adentra por la estancia,
despacio, un sol muy dulce y acaricia
el suelo, este sillón, mis manos, mi cabeza,
mi pecho que agradece, mi corazón que canta?
4 comentarios:
No preguntes al cazador sobre su caza si ves que vuelve con setas.
(proverbio marroquí)
Es absolutamente imposible que uno pueda verse como le ven los demás.
Quien piensa a lo grande puede equivocarse a lo grande.
La felicidad siempre anda de puntillas. La desgracia, cuando viene, da taconazos.
(proverbio taiwanés)
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