su única cabeza giratoria,
la longitud de su sonrisa, el aire
de estar y de alejarse sabiamente fingido.
Estaba rodeada de sí misma,
de admiración opaca y compartida,
bajo la oscura luz de las miradas.
La complacencia del estar henchía
de estólida ternura los objetos cercanos.
Estaba en pie sumándose a su cuerpo.
Las palabras sonaban conllevando sentidos
superfluos y crasos.
Giraba la mujer.
como un pronunciamiento
de todo lo que es bello,
vacío, ritual, sonoro, triste.
2 comentarios:
Las palabras cortas han de significar algo. Las palabras largas pueden no significar nada.
(CHESTERTON)
Nadie vendrá
a dar la vuelta a nuestro
reloj de arena.
(RAFAEL BALDAYA)
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