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viernes, 30 de noviembre de 2018

Sentarme encima de las viejas horas (por Tomás Segovia)


Lo que quisiera yo no es acordarme
es colgarme apoyarme aferrarme abrazarme
sentarme encima de las viejas horas
casi aplastarlas
es cabalgarlas yo y que me lleven ellas
volver a viajar en su viaje
sacarlas ya de ese bolsillo
donde las guardo a oscuras viviendo de migajas
y que me digan siempre interminablemente
que no se van a ir
que estamos juntos para siempre
que no me van a dejar solo
y sobre todo por piedad que digan
que nunca me engañaron
ni me engañarán nunca
que vivir era eso.



5 comentarios:

Isidoro Capdepón dijo...

Es vano el intento de meterse en las viejas y planas (o sea, bidimensionales) fotos amarillas, pata quedarse a vivir en su interior.

Cide Hamete Benengeli dijo...

¡ Ay, cómo duele
lo que nunca has tenido
cuando lo pierdes !

ORáKULO dijo...

La constancia es una forma de talento.

Anónimo dijo...

Sí, duele lo que nunca has tenido! Porque lo has amado, porque lo has deseado.
Saber de su calor, del olor de su piel, de su sudor, de la lágrima que desborda sus pestañas porque sabes, también, que lo lo pierdes o que ya, lo has perdido y todo es sueño, ilusión escondida en ese bolsillo que tiene el corazón.

Lloviendo amares dijo...

Una casa es un hogar, incluso cuando es lúgubre. Incluso cuando la hierba está tan alta que llega hasta el porche. Incluso cuando el perro es demasiado viejo para ladrar y cuando estás sentado en la mesa tratando de no morir de hambre. Una casa es un hogar, incluso cuando hay fantasmas. Incluso cuando tienes que huir corriendo de los que más te quieren. Puertas rotas y descascarillada la pintura de la madera. Cuchicheos de los lugareños cuando van a salir del barrio. Una casa es un hogar, donde las tareas nunca se hacen. Cuando te pasas la vida entera corriendo de acá para allá y si la vida que vives no es la vida que elegiste, vuelve a crear un hogar para tu hijo y empieza de nuevo. Una casa es un hogar, incluso cuando nos hemos ido hacia arriba, e incluso cuando te encuentras allí sólo, una casa es un hogar.

(BEN y ELLEN HARPER)