lunes, 2 de junio de 2014
La nueva ausencia (por Philip Larkin)
La cortadora se detuvo un par de veces, al arrodillarme encuentro
un zorrillo acurrucado frente a las cuchillas
ya muerto. Había hecho en el pasto alto su refugio.
Recuerdo haberlo visto antes, incluso una vez le di de comer.
Ahora yo había dañado su ignorado mundo.
No había modo de arreglarlo. En nada iba a ayudar que lo enterrase.
La mañana siguiente yo me levantaría y él ya no.
El primer día después de una muerte, la nueva ausencia
es siempre la misma. Debemos tener cuidado
de cada uno de nosotros y los demás. Debemos ser buenos
mientras todavía haya tiempo.
un zorrillo acurrucado frente a las cuchillas
ya muerto. Había hecho en el pasto alto su refugio.
Recuerdo haberlo visto antes, incluso una vez le di de comer.
Ahora yo había dañado su ignorado mundo.
No había modo de arreglarlo. En nada iba a ayudar que lo enterrase.
La mañana siguiente yo me levantaría y él ya no.
El primer día después de una muerte, la nueva ausencia
es siempre la misma. Debemos tener cuidado
de cada uno de nosotros y los demás. Debemos ser buenos
mientras todavía haya tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Serenos y alegres
valientes y osados
cantemos soldados
el himno a la lid.
De nuestros acentos
el orbe se admire
y en nosotros mire
los hijos del Cid.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
El mundo vio nunca
más noble osadía,
ni vio nunca un día
más grande el valor,
que aquel que, inflamados,
nos vimos del fuego
excitar a Riego
de Patria el amor.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
La trompa guerrera
sus ecos da al viento,
horror al sediento,
ya ruge el cañón
a Marte, sañudo,
la audacia provoca
y el ingenio invoca
de nuestra nación.
Soldados la patria
nos llama a la lid,
juremos por ella
vencer o morir.
Mi marido va con otras,
y no me aflijo por eso,
que las sobras de mi casa
a los bichos se las echo.
La esclavitud nunca fue abolida, solamente se amplió para incluir gente de todos los colores.
(BUKOWSKI)
Publicar un comentario