sábado, 21 de junio de 2014
Vuestro son en mis oídos -“oda a Salinas”- (por [fray] Luis de León)
El aire se serena
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.
A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primero esclarecida.
Y como se conoce,
en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce
que el vulgo vil adora
la belleza caduca, engañadora.
Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es la fuente y la primera.
Ve cómo el gran maestro
a esta inmensa cítara aplicado
con movimiento diestro
produce el son sagrado
con que este eterno templo es sustentado.
Y como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entre ambas a porfía
se mezcla una dulcísima armonía.
Aquí el alma navega
por un mar de dulzura, y finalmente
en él así se anega
que ningún accidente
extraño y peregrino oye o siente.
¡Oh, desmayo dichoso!
¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido!
¡Durase en tu reposo,
sin ser restituido
jamás a este bajo y vil sentido!
A este bien os llamo,
gloria del apolíneo sacro coro,
amigos a quien amo
sobre todo tesoro;
que todo lo visible es triste lloro.
¡Oh, suene de continuo,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos
quedando a lo demás amortecidos!
y viste de hermosura y luz no usada,
Salinas, cuando suena
la música extremada,
por vuestra sabia mano gobernada.
A cuyo son divino
el alma, que en olvido está sumida,
torna a cobrar el tino
y memoria perdida
de su origen primero esclarecida.
Y como se conoce,
en suerte y pensamientos se mejora;
el oro desconoce
que el vulgo vil adora
la belleza caduca, engañadora.
Traspasa el aire todo
hasta llegar a la más alta esfera,
y oye allí otro modo
de no perecedera
música, que es la fuente y la primera.
Ve cómo el gran maestro
a esta inmensa cítara aplicado
con movimiento diestro
produce el son sagrado
con que este eterno templo es sustentado.
Y como está compuesta
de números concordes, luego envía
consonante respuesta;
y entre ambas a porfía
se mezcla una dulcísima armonía.
Aquí el alma navega
por un mar de dulzura, y finalmente
en él así se anega
que ningún accidente
extraño y peregrino oye o siente.
¡Oh, desmayo dichoso!
¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido!
¡Durase en tu reposo,
sin ser restituido
jamás a este bajo y vil sentido!
A este bien os llamo,
gloria del apolíneo sacro coro,
amigos a quien amo
sobre todo tesoro;
que todo lo visible es triste lloro.
¡Oh, suene de continuo,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos
quedando a lo demás amortecidos!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
También es bueno que pongais clásicos. ¿Para cuando una égloga de Garcilaso
Curiosamente este poema sale citado en El Héroe Discreto, la última novela de Vargas Llosa.
Fray Luis sí que es un crack.
Buey viejo, surco derecho.
Lo más difícil del Boxeo es recoger tus dientes con los guantes de boxear puestos.
(HUBBARD)
Unos amigos.
Omnipotente y solo,
Dios los envidia.
(SUSANA BENET)
Mi copla es flecha.
Si no te toca,
pues que se pierda.
Tiraré muchas,
por si con tantas
te acierta alguna.
Publicar un comentario