De tarde en tarde el cielo está que arde.
En el jardín la luz declina “rosa
rosae”, y la fuente rumorosa
conjuga en el silencio de la tarde
el presente de un verbo evanescente
que articula el mañana y el ayer.
"Todo lo que ya fue volverá a ser",
murmura el cuento claro de la fuente.
El cuento de la fuente es eso: un cuento.
Quemó el cielo la luz en la que ardía,
y el día se deshizo en un “memento
homo”, humo, ceniza, lejanía.
Eso es lo que nos queda de aquel día.
Quien quiera saber de él, pregunte al viento.
5 comentarios:
Sencillo pero escrito con tinta dorada, el comienzo está muy chulo, le doy un 8
Mel
Ermita en ruinas.
Un minúsculo insecto
se come al santo.
(EMILIO GAVILANES)
Dichoso aquél cuya fama no brilla más que su verdad.
(TAGORE)
El viento,
que arranca los árboles de cuajo,
el que enfurece al mar,
el que arrasa las costas
sin clemencia,
sí, el mismo,
míralo ahora,
siguiéndote por la calle,
jugando con tu melena,
tonto perdido.
(CARMELO C. IRIBARREN)
mirá los trenes
parece que siguen siempre un mismo ritmo
pero no
ahora van lentos
les pesa el viento en contra
esas bandadas de pájaros
y esos insectos que se estrellan
en los cristales
mirá los trenes
y escuchá el sonido cuando atraviesan
el campo
es como escarcha que lastima la piel
o como fuego
es como dos que se aman y como esa luz
que titila suave y se apaga
en el andén
(CELINA FEUERSTEIN)
Publicar un comentario