jueves, 6 de marzo de 2014
Presuroso y perdido (por Félix Grande)
La prisa despareja con que miro tu piel
la premura apretada con que altero tu cuerpo
y este desasosiego en que empapo mi lengua
para hablarle a tu carne y lamer a tu voz
son como ávidas gotas de estaño compasivo
que busca aminorar las grietas de la muerte
La planta de la edad nos chupa nuestros días
abriéndose como una flor negra, abominable
y en este esplendor de hoy se oculta la simiente
de una desposesión calcinada y perversa
como la del desierto En el calcio del tacto
hay una lenta caries que nos invade desde
el fin aterrador del tiempo y de la vida
Presuroso y perdido unto en mí tu persona
y soy un bulto de hombre y de loco y de perro
que corre por tu cuerpo y a la vez por un túnel
despavoridamente lamiendo las tinieblas
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6 comentarios:
Lamiendo las tinieblas, las grietas de la muerte. Esto sí que es llamar a las cosas por su nombre...
El matrimonio es como un ascensor: los que están dentro quieren salir y los que están fuera quieren entrar.
Recuérdate de mi vida,
pues que viste
mi partir y despedida
ser tan triste.
Recuérdate que padezco
y padecí
las penas que no merezco,
desde que oí
la respuesta no debida
que me diste,
por la cual mi despedida
fue tan triste.
Pero no cuites, señora,
que por esto
te fue ni te sea ahora
menos presto,
que de llaga no fingida
me heriste,
así que mi despedida
fue tan triste.
Vigila tus actos, o se convertirán en hábitos.
Vigila tus hábitos, o se convertirán en carácter.
Vigila tu carácter, o se convertirá en destino.
La falta de sencillez lo estropea todo.
(UNAMUNO)
Habrá una vez
que será, sin saberlo,
la última vez.
(CUQUI COVALEDA)
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