viernes, 7 de marzo de 2014
Pura exterioridad (por Santiago Kovadloff)
Puedo ser a veces pura exterioridad.
De pie en oficinas donde tramito mis cosas
o atento a que me llamen,
con un número en la mano,
en bancos, casas de cambio,
en la cola
de los que adeudan la luz,
no leo, no pienso, no recuerdo,
ni siquiera miro a los que me rodean.
Aprendí a aguardar mi turno
sin buscar amparo en nada.
Nunca estuve en tantos sitios
tan desnudo como ahora;
nunca tan entero en una fila
entregado sin más
a la espera con que espero,
gestos, músculos, sudores solamente,
libre al fin de mí, sin más allá,
externo, desasido,
absorto en esa mansa
inconsistencia del instante.
De pie en oficinas donde tramito mis cosas
o atento a que me llamen,
con un número en la mano,
en bancos, casas de cambio,
en la cola
de los que adeudan la luz,
no leo, no pienso, no recuerdo,
ni siquiera miro a los que me rodean.
Aprendí a aguardar mi turno
sin buscar amparo en nada.
Nunca estuve en tantos sitios
tan desnudo como ahora;
nunca tan entero en una fila
entregado sin más
a la espera con que espero,
gestos, músculos, sudores solamente,
libre al fin de mí, sin más allá,
externo, desasido,
absorto en esa mansa
inconsistencia del instante.
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6 comentarios:
A amor no correspondido, dale tú ausencia y olvido.
Son dos amigas,
la Rutina y la Inercia,
inseparables.
(RAFAEL BALDAYA)
No hay una estética
de los bronquios, los páncreas,
los endotelios...
(RAFAEL BALDAYA)
Es fácil ser valiente desde la distancia.
(proverbio camboyano)
Porque quise yo un día jugar
a pintar nuestros nombres unidos
se enfadaron las olas del mar
y borraron tu nombre y el mío.
Qué bonitas palabras
las que nunca dijiste
las que en medio de la ira
la rabia
el arrebato
conseguiste callar
Qué bonitas palabras
las que guardaste
contuviste
silenciaste
Qué bonitas palabras
las que no fueron dichas
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