viernes, 8 de agosto de 2014
El camino del revés (por Roberto Juarroz)
Apuntalar la construcción de la mirada
con vigas de ceguera,
para que no se venga abajo
como una figura histérica en el viento
cuando lo visible se convierta naturalmente en invisible.
Ya que si sólo ponemos otras manos detrás de las manos,
otros pies debajo de los pies,
otra sombra a la vuelta de la sombra,
podemos encontrar el tacto del revés,
el camino del revés,
la forma del revés
al que estamos irremediablemente destinados.
Porque lo invisible no es la negación de lo visible,
sino tan sólo su inversión y su meta.
La sombra de una flor también perfuma.
Un recuerdo abre y cierra los párpados.
El amor es la contraseña del tiempo.
El revés es la zona
donde se encuentra todo lo perdido.
con vigas de ceguera,
para que no se venga abajo
como una figura histérica en el viento
cuando lo visible se convierta naturalmente en invisible.
Ya que si sólo ponemos otras manos detrás de las manos,
otros pies debajo de los pies,
otra sombra a la vuelta de la sombra,
podemos encontrar el tacto del revés,
el camino del revés,
la forma del revés
al que estamos irremediablemente destinados.
Porque lo invisible no es la negación de lo visible,
sino tan sólo su inversión y su meta.
La sombra de una flor también perfuma.
Un recuerdo abre y cierra los párpados.
El amor es la contraseña del tiempo.
El revés es la zona
donde se encuentra todo lo perdido.
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7 comentarios:
Quizá la vida
sea insólita, incluso
"contra natura".
(CUQUI COVALEDA)
No soy de ningún partido ni de ningún equipo. Ya me defraudo yo solo.
(SANTIAGO SEGURA)
Si haces fuego, no puedes evitar el humo.
(proverbio mauritano)
No hay que tener miedo a cambiar de opinión. Es mejor ser desdicho que desdichado.
Nos falta mucha, mucha, mucha piedad: también piedad hacia nosotros mismos.
(RIECHMANN)
Tu alma, con sus sombríos pensamientos,
se hallará sola en la siniestra tumba.
Nadie querrá saber lo que en secreto
tu corazón y tu conciencia ocultan.
Sé silencioso en soledad tan grande,
que no es tal soledad, pues te circundan
los espíritus todos de la muerte,
que ya en vida rondaban en tu busca.
Ellos querrán ensombrecerte el alma
con sus negros arcanos y sus dudas.
Sé silencioso en soledad tan grande;
cierra los labios como la misma tumba.
Y la noche, aunque clara y luminosa,
se volverá de pronto cueva oscura;
desde sus altos tronos las estrellas
no alumbrarán tu soledad adusta.
Pero sus rojos globos sin fulgores
han de ser a tu tedio y a tu angustia
como incendio voraz, como una fiebre,
de los que no has de verte libre nunca.
No podrás desechar los pensamientos
ni las visiones que tu mente turban,
y que antes en tu espíritu dejaban
la huella del rocío en la llanura.
La brisa, que es de Dios el puro aliento,
soplará en torno de la helada tumba,
y en la colina tenderá su velo
la niebla vaporosa y taciturna.
Las tinieblas, las sombras invioladas
símbolo y prenda son: hablan y auguran.
Sobre las altas copas de los árboles
tiende el misterio su cerrada túnica.
(Edgar Allan Poe)
Al pajarito se le para el pito.
(Yo)
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